viernes, 3 de enero de 2020

Color rosa chicle

¿Y qué te diría si te tuviera de frente?
Me ha costado mucho llegar hasta aquí,
ese no era mi objetivo, pero el destino
se encargó de repartir la suerte.

El milagro, que esté de pie y entera a tu lado,
con la armadura mordiendo mi cuerpo,
por los golpes del camino que he cruzado.

Tanto tiempo he pasado de inútil busca,
con tus ojos me preguntas que qué quiero,
descansar por fin un rato, pero aún no es el momento.

Hubo varios intentos, todos frustrados,
caminé por lugares peligrosos, por parajes milenarios,
anduve sola y con frío durante muchos años.

Y aquí te tengo, preguntando qué ha pasado,
no podría contarte ni en diez mil años,
ni siquiera yo soy capaz de abarcarlo.

Nunca pensé que existiría un viaje tan truncado,
tan mutilado y destrozado,
algo tan crudo e infestado de gusanos.

Y aquí estoy, superviviente de un pasado
que aún hoy no ha terminado,
aunque a pie continúo, todo un milagro.

¿Me querrás así, decrépita y herida?
Sé que te gusta mi sonrisa,
que te gusta mi alegría.

Pero es cierto lo que decías: misteriosa,
el misterio es lo peor,
el que anida dentro de mis tripas,

es tan grande que ni yo podría imaginarlo,
tan terrible que ojalá pudiera olvidarlo,
tan incomprensible que no podría contarlo.

¿Podré amar así, tras todo lo vivido?
¿Me quedará un lugar limpio, no corrompido?
Para pensarte desde ahí e imaginar algo distinto
de lo que hasta ahora ha sucedido...

No hay otro sitio desde el que amar, te digo,
¿tendré un lugar para ti, mi amigo?
Ver el amanecer y estar en paz,
desde ahí quiero estar contigo.

Y no te voy a negar que me pongo a temblar cuando te veo,
que en ese momento se me para el tiempo,
que por un segundo olvido todo,
que mi cuerpo parece curado y fuerte de nuevo.

Pero soy consciente de que tengo mi camino;
que me tengo que cuidar y actuar sola y contigo,
curar las heridas y empezar al fin de nuevo,
para no agarrarte el cuello si otra vez siento que muero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario