jueves, 27 de julio de 2023

El chico de la sombra de ciprés

 

El chico de la sombra de ciprés 

toca mi puerta a diario.

Yo la abro, pero no le dejo entrar.


Salgo corriendo y trepo hasta su copa,

donde el movimiento sufre de vértigo.

Cabeza abajo, me cuelgo cual murciélago.


Él me da la mano y me invita a sentarme,

entre sus finas ramas. 


Observo la soledad y el privilegio,

y siento miedo de mí misma.

Mis piernas tiemblan.


Y el chico de la sombra de ciprés sonríe,

con los ojos muy negros y muy fijos en los míos.


Pronto no habrá nadie al otro lado,

aunque él aún está.



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